Por: Lic. Patricia Zaruma Fernández
Docente
5to ¨A¨
Mi
jornada empieza muy temprano por la mañana, debo estar pendiente de alistar mi lunch acompañado de un delicioso cafecito
que llevo todos los días. Siendo las 6:15 am salgo de mi hogar con destino al
lugar donde convivo con mi querida familia JuanPablina, institución de la que orgullosamente
formo parte once años. Debo conducir mi vehículo con mucha precaución, puesto
que, en el trayecto de la autopista siempre me encuentro con un alto tráfico
vehicular. Cuando llego a la institución educativa es muy grato escuchar y
expresar los saludos de buenos días acompañados de una sonrisa por parte de los
estudiantes, padres de familia, compañeros docentes y la señora conserje. Marco
mi hora de ingreso, camino unos pasos y subo las gradas para luego abrir mi
aula; me genera mucha felicidad encontrar a mis queridos estudiantes esperando
a la ¨Profe Pachi¨, muchos de ellos también madrugan a su jornada estudiantil.
Siendo
ya las 7:00 am preparo mis herramientas de trabajo escolar, el computador y el
proyector están encendidos para empezar con las clases de matemáticas, es una
asignatura que me encanta impartir. Como docente aplico técnicas de innovación en
el proceso de enseñanza- aprendizaje, aprovecho para empezar con un juego
interactivo en Word Wall, herramienta
en la que mis pequeños se divierten jugando y aprendiendo al mismo tiempo. La
clase se desarrolla de manera colaborativa en un ambiente cálido de
compañerismo. En ocasiones, el tiempo transcurre rápido y sin imaginar ya
concluyen las dos horas de clase. Tenemos la hora de Robótica, mis queridos niños
deben alistar sus materiales. Me dirijo al departamento del DECE, lugar donde
puedo permanecer el tiempo libre para alistarme para las próximas horas de
clases.
Llegó
el receso, momento de alimentarse, caminar en el control junto a los demás
compañeros docentes de los niveles de elemental y media, vigilar a los pequeños
en sus juegos y esperar el timbre de entrada del recreo. Las próximas horas las
realizo con el mismo entusiasmo, empiezo ahora con una dinámica que, por un
momento, nos relaja, tanto a la docente como a los estudiantes. Continuo con la
clase de Ciencias Naturales, está previsto que los estudiantes realicen una mini
maqueta de la fotosíntesis, se les entrega a los grupos asignados los
materiales a utilizar en este trabajo colaborativo. De repente sonó el timbre,
es hora del segundo receso, el mismo que tiene una duración de quince minutos.
Menciono a los pequeños que deben salir para después continuar con las
siguientes horas de clase.
En
Cultura Física, los pequeños se alistan con mucho gusto y se dirigen hacia el
patio de la institución, aprovecho el tiempo para revisar las tareas e
igualarme en las observaciones del leccionario.
Llegó
la salida, los pequeños deben alistarse para ir a sus casitas. A formarse, se
ha dicho, junto a los compañeritos de la escuela y a esperar a los papitos que
llegan a retirar a sus hijos. El sol nos acompaña en este día, un heladito deleita y ameniza el momento,
luego me dirijo a mi aula. Posteriormente asisto a una reunión con mis
compañeros del nivel; en este grupo venimos trabajando de manera cordial y con apoyo
constante en la elaboración de guías informativas y didácticas semanales. Mi
jornada concluye a las 14:30, mi trayecto de retorno a casa empieza, pero antes
respondo un mensaje a mi querida hija, quien, en horas de la mañana, me envío un
texto y una fotito junto a mi adorada nietecita, mi corazón sobresale de
alegría al mirar y leer su mensaje.
Esta
etapa de mi vida se las comparto con toda la algarabía. Disfruto mucho de mis
dos hogares, mi escuelita y mi familia.