sábado, 22 de febrero de 2025

¡BRILLARON CON LUZ PROPIA!

 

Brillaron con luz propia, con textos que superan la dulzona fantasía que a los zafios convence. Nadie apagará los reflectores que sobre ustedes posan. Genuinos discursos que, en lugar de disfrazar, desnudan y radiografían las cosas tal como son. Sin necesidad de dar alaridos, ni vacuas charlas motivacionales supieron llegar al buen e inteligente oyente. ¡Ay de los otros que cuando se les señala la luna, miran al dedo!

Lo hicieron y lo hicieron de manera extraordinaria.

Ahora, lo haremos nosotros y les enseñaremos cómo es que se hace.

MSSB

 

 

LA SANTIDAD A TRAVÉS DEL TIEMPO Y EN LA ERA DIGITAL

Por: Maite Arias

Estudiante, 9no ¨B¨

 

Buenos días con todos y todas las presentes. Compañeros y compañeras participantes, docentes, comité organizativo y jurado calificador. Hoy quiero hablarles sobre algo interesante, curioso, pero sobre todo importante. Mi nombre es Maite Arias, tengo 13 años de edad, pertenezco y represento a la Unidad Educativa Juan Pablo II.

Cuando pensamos en santidad quizás imaginamos personas de hace muchos años, personas que hicieron grandes cosas como ayudar a los más necesitados o defender su fe con valentía.

Como Santa teresa de Calcuta quien dedicó su vida a cuidar y ayudar a los enfermos y abandonados. También como lo hizo la hermana Clare Crockett, beata que dejó toda su vida mundana para dedicarse a enseñar a los más necesitados. Juan Bosco, un gran ejemplo de vida y amor por la juventud. O el patrono de mi institución: Juan Pablo II, quien dedicó su vida a la defensa de todas las personas.

Permítanme, ahora, ahondar un poco más en la loable labor de Juan Pablo II. Además de sus viajes por todo el planeta, Juan Pablo II escribió una considerable cantidad de encíclicas. Una de ellas, para mí una de las más importantes, porque ha influenciado a través de los años es Evangelium Vitae, publicada en 1995.

Este texto aborda la dignidad sagrada de la vida humana y la necesidad de protegerla en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. En el documento, el Papa condena prácticas como el aborto, la eutanasia y el maltrato, considerándolas ataques contra la vida humana. Mediante un llamado a la creación de una "cultura de la vida", llama a la sociedad a promover el respeto, la solidaridad y el cuidado de cada ser humano, enseñando que toda vida es un don divino que merece ser protegido. Este es parte del legado de un santo que no se ha desvanecido pese a los años.

Tras este paréntesis, continúo con el hilo central de estas palabras. La mayoría de los grandes personajes citados con antelo eran gente joven que no sabía qué hacer de su vida, pero cuando Dios llama, llama. No obstante, hemos de decir que la santidad no es algo del pasado. La santidad sigue viva en cada uno de nosotros, Dios nos llama a ser santos día a día en nuestras acciones y decisiones. No necesitamos hacer milagros, sino vivir con amor, respeto y honestidad.

Y aquí es donde entra la era digital. Hoy en día pasamos demasiado en el internet en redes sociales, videojuegos, etc. Y cabe cuestionarse: ¿Cómo podemos ser santos en este mundo digital?

Ser santos en la era digital significa usar la tecnología para el bien. Significa evitar el odio en las redes sociales, no burlarnos de los demás, usar el internet para aprender cosas buenas y nuevas, compartir mensajes positivos y ayudar a quienes lo necesitan. Tal como lo hizo el beato Carlo Acutis, conocido como en influencer de Dios, quien usó sus habilidades tecnológicas para documentar milagros y apariciones marianas por todo el mundo. Sus últimas palabras hablan por sí solas: ¨Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida¨.

Podemos ser santos con pequeños actos, respetando a los demás con los comentarios, evitando las mentiras, usando nuestras palabras para animar y no para destruir.

No importa si tenemos 12 ,15 o 50 años. No importa si estamos en la escuela, en casa o en el internet. La santidad es para todos.

Y todos se preguntarán ¿Cómo puedo ser mejor cada día? ¿Cómo puedo usar lo que tengo para hacer el bien? Es un camino que se recorre con amor, con pequeños actos de bondad y con la decisión de hacer lo correcto incluso cuando nadie nos ve, he ahí el secreto, porque la santidad no es cosa del pasado como muchos piensan, sino sigue vigente, presente hoy en día.

Les invito a reflexionar, a cambiar nuestra forma de pensar para ser santos en la era digital e influir en el tiempo.  

Por su atención prestada, muchas gracias. Que estos aplausos sean para esos santos, ejemplos de vida.

Gracias,   

 

LA SANTIDAD A TRAVÉS DEL TIEMPO

Por: Estefanía Clavijo

Estudiante, 3ro BGU

 

¨El desarrollo no es solo un hecho económico sino también un hecho moral¨

Juan Pablo II


Muy buenas con todas y todos. Les saluda Estefanía Clavijo de 3ro BGU de la Unidad Educativa Juan Pablo II.

Resulta grato tener la oportunidad y que se nos dé el turno de la palabra, el uso de la voz con el propósito de poner sobre la mesa variopintos temas que necesitan ser tratados. Ese camino tortuoso a la santidad, más en nuestros tiempos, es un calvario moderno, una cuesta para valientes que desafíen el orden establecido y agiten los ánimos para despertar consciencias, abrir los ojos y reconstruir esta marchita sociedad. Ejemplos de esta vida tenemos varios: Don Bosco, Carlo Acutis, Clare Crockket, Santa Teresa de Calcuta, San Juan Pablo II y la lista es enorme. 

Es precisamente de Juan Pablo II de quien nos referiremos, pues además de ser el patrono de nuestra institución, considero que su ejemplo de entrega, su inquebrantable fe, su infinito perdón, en determinada, su santidad, lo convierten en un referente para referirnos al camino de la santidad a través del tiempo. 

Hablar de Juan Pablo II resulta muy relevante debido a su gran influencia por la lucha de los derechos, su sempiterna firmeza en la defensa por la paz y la dignidad humana. Sus encíclicas abordan la justicia social y la solidaridad, permítanme hablarles brevemente sobre las mismas.

Sollicitudo Rei Sociallis o Preocupación por los problemas sociales es una encíclica que fue escrita por Juan Pablo II, publicada el 30 de diciembre de 1987, teniendo como contexto la creciente preocupación por las injusticias sociales y económicas que enfrentaba y aún enfrenta el mundo. Esta encíclica destaca varios aspectos que necesariamente deben ser abordados.

En primer lugar, se trata sobre el desarrollo integral, Juan Pablo II enfatiza en la importancia no solo de lo económico, sino también de lo cultural y lo social; así como la solidaridad entre los pueblos, promoviendo la cooperación y el apoyo mutuo, llevados de la mano a la justicia social. San Juan Pablo II llama la atención denunciando las desigualdades y promoviendo el respeto para que todos y todas podamos vivir dignamente en todas las dimensiones de nuestra vida, tratando, de este modo, de generar una igualdad de condiciones para la humanidad. Juan Pablo II nos invita a reflexionar y a tener más conciencia de lo que pasa en la actual coyuntura llena de miseria, injusticia y desidia general.

Espero su voz y su mensaje resuene con fuerza en nuestros corazones. Pues creo que la fuerza de la palabra tiene la capacidad de hacer reflexionar a las personas a través de diálogo, del amor y de la compasión como lo hizo Santa Teresa de Calcuta, legado suyo que hace eco por en la dignidad humana.

Además, al reflexionar sobre estas temáticas, es crucial recordar la encíclica Fe y Razón la cual también está firmada por San Juan Pablo II. Este texto nos recuerda que estos dos conceptos aparentemente opuestos, la fe y la razón, deben ir de la mano. La fe nos impulsa a actuar con amor y compasión, mientras que la razón nos ayuda a comprender la magnitud de las injusticias y a ser bueno con obras, no solo con palabras, como lo hizo aquel hombre, santo y salesiano: San Juan Bosco.

Ahora me gustaría extender dos interrogantes hacia ustedes.

¿Hasta cuándo seguiremos soportando la injusticia como si el silencio fuera una respuesta aceptable?

¿Hasta cuándo seguiremos callados mientras el dolor de los inocentes grita en el abismo?

A lo largo de estas encíclicas se nombran varias desigualdades que sufre el mundo como la pobreza, gracias a una conciencia vacía -llámese conciencia llena de hipocresía- dado que son muchos, millones los que carecen de esperanza, porque su situación se ha agravado. La palabra abismo regresa a los labios espontáneamente y catastróficamente, demostrándonos una forma de emigración en los tiempos en los que pocos tienen mucho y otros muchos tienen poco.

No obstante, a pesar de todo lo expuesto, muchas personas continuarán siendo farsantes, es decir, individuos carentes de autenticidad, ética y santidad, pues de qué sirve escribir una encíclica mientras nos encontramos sentados y al mismo tiempo otros mueren de hambre; mundo en el que los santos son quienes muestran solo sus buenas obras y malditos los otros que cometen errores y tratan de enmendarlos. Señores, señoras estamos en una sociedad vacía de pensamiento, dignidad y lejos de la santidad (si es que existe).

Y ya a manera de colofón, me disculpan, por favor, la sinceridad de mis palabras, pero si a algo estamos llamados, como buenos cristianos y honrados ciudadanos, es a denunciar con bríos las injusticias… cabe cuestionarse ¿Cómo es que se puede tener el descaro de criticar a otros mientras actuamos de la misma manera que condenamos?

 ¿Haremos algo al respecto? Es tiempo de sacudir la modorra y tomar acciones.

El cambio debe ser ahora, porque el tiempo se nos agota…

3 comentarios:

  1. Lo hicieron increible, es por eso que las personas no quieren ver lo que pasa en realidad y viven en mentiras "bonitas."

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  2. Perfecta forma de captar una realidad que no muchos están dispuestos a recibir.

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