Por: Alex Ríos
Estudiante, 4to ¨B¨
Hola, mi nombre es Alex Ríos, tengo 9 años, y quiero
contarles una experiencia que viví recientemente.
El año pasado mi familia y yo nos mudamos a esta
bella ciudad llamada Cuenca, al principio todo era nuevo y un poco extraño: la
casa, el vecindario y sobre todo el cambio de clima porque antes vivía en la
costa.
Este año electivo comencé en una nueva escuela
llamada JUAN PABLO II. En mi primera semana estuve nervioso pero muy
emocionado, todo fue muy interesante. Conocí a mis compañeros, mis profesores y
al pasar de los días me enteré de algo que cambiaría mi experiencia escolar:
¡habría un concurso interno de oratoria! Siempre me ha gustado hablar mucho,
pero nunca lo había hecho en público, aunque admito que me daba un poco de
miedo concursar porque no lo había hecho antes, sin embargo, mi familia y mi
profe me alentaban, y me decían que yo si podía hacerlo.
En mi aula,
competimos varios compañeros, todo éramos muy buenos, pero puse todo mi
esfuerzo para que mi presentación destacara, estaba nervioso y temblaba mucho,
pero cuando comencé a hablar me sentí más tranquilo y confiado. Cuando
anunciaron al ganador y escuché mi nombre no lo podía creer ¡Había quedado en
primer lugar!
Esto quería decir que representaría a mi aula en el
concurso institucional. Junto a otros compañeros de diferentes grados la
competición era un poco más grande y claro los nervios también, pero estaba
dispuesto a dar lo mejor de mí. Cada uno de los participantes hicieron un
trabajo asombroso.
Cuando llegó mi turno, respiré profundo y recordé
cuánto había practicado. Al final gané el segundo lugar en mi categoría y me
sentí muy contento y orgulloso de lo que había logrado porque di todo de mí.
Este concurso me enseñó que, aunque los cambios
pueden ser difíciles, siempre traen oportunidades nuevas para crecer y
demostrar de lo que somos capaces. Ahora, Cuenca ya no es un lugar extraño, es
el inicio de muchas nuevas aventuras.
Y tú, ¿te atreverías a intentarlo, aunque sea en un
lugar nuevo?
