Por: David Tapia
Estudiante, 1ro BGU
Abran los ojos, miren bien,
vean el mundo, pregúntense: ¿qué ven?
De mi corta vida aprendí a ser sincero,
pero hoy la verdad se pierde en el viento.
Buscan placer que pronto se apaga,
una chispa efímera que nada les deja.
¿Vale la pena perderse en la nada,
mientras la vida en sus manos se aleja?
Esa dicha fugaz es solo veneno,
un eco vacío, un grito sin dueño.
Valoren la vida, el amor verdadero,
el brillo en sus almas, su fuego sincero.
No destruyan su historia, aún queda camino,
un futuro esperando su nuevo destino.
Pero hoy, en esta generación incierta,
una mujer se pierde y el hombre la espera.
Y si me apuñalaras, aún con dolor,
te pediría perdón por manchar tu mano,
porque así de torcido está este sendero,
donde amar duele más que el veneno.
Pero aún hay tiempo, aún hay fe,
si abren los ojos, si logran ver.
Hagan el cambio, rompan cadenas,
Salven su esencia antes que mueran.
O no los veré, cuando el tiempo se agote;
de aquí a ¨diecinueve días y quinientas noches¨.
Increíble, como nuevas generaciones deberíamos pensar en que tipo de persona nos estamos convirtiendo con nuestras acciones, gran mensaje.
ResponderEliminarEn un mundo donde la desinformación y la manipulación parecen estar en auge, es comprensible sentirse pesimista sobre la posibilidad de que las personas actúen con verdad y honestidad.
ResponderEliminarLa verdad siempre sale a la luz
La honestidad es una virtud universal
La educación y la conciencia pueden cambiar comportamientos.
Recuerda que la verdad y la honestidad son valores universales que pueden ser fomentados y promovidos en cualquier momento y en cualquier lugar.