jueves, 30 de octubre de 2025

DEINEN NAMEN STECH ICH MIR

 

Por: Edward Álvarez

Miembro club de periodismo ¨El Observatorio¨ y estudiante 2do BGU

 

Hace poco volví a escuchar tu voz,

hace poco volví a ver tu foto.

Ayer abrí mi armario y encontré aquel regalo que jamás pude darte.

 Dentro de poco volveré a pisar Tierra Santa,

la tan aclamada,

donde todos dormimos por la eternidad.

 Muchos iremos allá y jamás volveremos.

¿Por qué valoramos a la gente cuando muere?

¿Por qué es tan triste la muerte?

Abrí mi armario y recordé todo,

 miré tu foto y recordé cuánto te extraño.

 Aunque el tiempo pasa,

aunque el tiempo parece que avanza,

 aún te tengo presente.

Es tan triste saber que la muerte llega

cuando uno menos se lo espera.

Es tan triste, pero a la vez es algo hermoso,

 porque ahí,

 en ese pequeño momento,

nos damos cuenta de cuánto en verdad queremos a alguien.

 Dentro de poco llega la fecha

en la que pisaré Tierra Santa,

 la tan aclamada, donde todos duermen por la eternidad.

 

Hace un año recuerdo haber ido contigo.

 En la noche vimos los restos,

 las lápidas, las velas, las flores,

el cariño y la tristeza y la melancolía

 de las personas.

Hace un año fui a visitar tres lápidas,

hoy me tocará visitar cuatro,

porque tú ya no estás conmigo,

 ya no estás para abrazarme.

 No quiero llorar, tampoco lo haré,

porque sé que no quisieras verme hacerlo.

 Te extraño tanto,

extraño que cada vez que iba a ese pueblo sabía que te iba a encontrar.

 

Hace poco regresé,

recorrí el parque, el mercado, la iglesia,

tu casa y la encontré vacía.

 Encontré solo polvo y un recuerdo latente en mi mente.

Prometí regresar, te lo prometí, prometí que regresaría

 y que caminaríamos de nuevo,

pero no lo cumplí.

 Llegué demasiado tarde,

 tu corazón dejó de latir

 y con él la poca felicidad que me quedaba.

Te extraño, pero no voy a llorar,

 ya no puedo llorar.

 En mi brazo yace una rosa con mi segundo apellido

 y con cada hoja que representa a mi familia,

 en cada hoja el recuerdo de los que he perdido,

 el recuerdo de los que me quedan,

el recuerdo de los que vendrán.

 

El Día de Muertos no solo significa ir a ver,

 ir a recordar,

también es recordar el tan ansiado sentimiento

 de valorar a los que nos quedan,

 el tiempo que nos queda

y todo lo que nos queda por vivir.

El tiempo pasa demasiado rápido

como para sufrir por amor, por odio o por tristeza.

 Debemos aprender a valorar a los que nos quedan,

porque no sabemos

 cuándo llegará la hora de vestirnos de negro,

 de llevar rosas

y de llorar ante un ataúd

 donde tan solo yace un cuerpo frío

 junto a recuerdos valiosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario