jueves, 3 de abril de 2025

EL GRAN PASO: DECIR ADIÓS A LA NIÑEZ

 

Por: Emily Galarza

Estudiante, 7mo ¨A¨

 

Estar cerca del final de séptimo grado marca el cierre de una etapa importante en la vida de cualquier estudiante. Es un momento lleno de emociones, donde se mezclan la emoción de avanzar, la nostalgia por lo que se deja atrás y la incertidumbre por lo que vendrá. Pasar a octavo no es solo un cambio de grado; es un paso más en el camino hacia la adolescencia y empezar a madurar y, con ello, la sensación de que la niñez comienza a quedar atrás con el paso de los años y aceptar que ya no todo va a ser tan fácil durante octavo grado.

Por un lado, la emoción de crecer, de sentir que cada día me acerco más a la independencia y a nuevas experiencias es bastante reconfortante al saber que nuevas emociones y aventuras me esperan. En octavo grado, las expectativas son mayores, los profesores exigen más y, muchas veces, también se nos da más libertad. Sentimos que estamos en una especie de transición, ya no somos los más pequeños de la secundaria, pero tampoco hemos llegado a la cima. Estamos en un punto medio, y eso puede ser emocionante o talvez raro al pasar a un grado tan importante al estar en un punto medio entre la niñez y la madurez.

Pero junto con esa emoción, llega una sensación de nostalgia. Séptimo grado aún tenía esa chispa de la niñez, con juegos, momentos de risa con pocas preocupaciones y una visión más sencilla del mundo y tan solo una pequeña vista de lo que será ingresar a una nueva etapa. Al pasar a octavo, algunos amigos pueden empezar a cambiar, o tener que decirles adiós, los intereses evolucionan, y de pronto nos damos cuenta de que la infancia no es para siempre. La inocencia empieza a transformarse en madurez, y aunque esto no es malo, es un sentimiento extraño.

También está el miedo. ¿Será más difícil? ¿Haré nuevos amigos? ¿Podré con las responsabilidades? Son preguntas que rondan en mi cabeza al hacer este cambio. Pero lo cierto es que cada etapa trae consigo sus propios retos y aprendizajes. Con el tiempo, nos damos cuenta de que adaptarse es parte de crecer y que, aunque la niñez quede atrás, los recuerdos y las experiencias vividas siempre nos acompañarán con el pasar de los años.

Al final, el paso de séptimo a octavo es solo uno de los muchos cambios que vendrán. Es una oportunidad para descubrir nuevas facetas de nosotros mismos, para aprender y para seguir creciendo. Dejar de ser una niña o niño no significa perder la esencia, sino transformarla en algo aún más fuerte y especial. Es el comienzo de un nuevo capítulo, y depende de cada uno escribirlo de la mejor manera posible.

 

 

 

 

 

 

10 comentarios:

  1. Emileishon por siempre

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  2. Emii muy bien 🩷💓

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  3. Todos tendremos en nuestro corazón

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  4. Siempre te apoyaremos

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  5. 💓💓💞💞💕💞💓💓💘💝💝💖💗💗🩷💓💞💓💗💖💝💘💖💗💓💞💕💞💓💝💗💞🩷💕💞💓💗💝💘💗💓💞💕🩷💞💗💝♥️💖💞💝💘💖💓

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  6. Muy lindo emileishon

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  7. Emily crecer, pasar de niña a adolescente es un periodo de grandes cambios y desafíos como cambios físicos y emocionales. Lo importante es que tienes el apoyo de tus padres, familiares, amigos y maestros para navegar esos cambios de manera saludable y positiva un abrazo

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