Por: Emily Maza
Estudiante, 10mo ¨A¨
Empezar a hablar de lo que sucede en Ecuador es muchas veces darse cuenta
de la crisis de violencia que parece no tener fin.
Topemos un acontecimiento reciente que pasó en Guayaquil, una ciudad que
ya no es solo conocida por su inigualable belleza, sino también por la sombra
del crimen que la acompaña. La masacre de 22 personas, una de las tantas
tragedias que llegan a ocurrir casi a diario, aún así este tipo de noticias ya
ni nos sorprenden. Lo que en algún momento fue el mayor escándalo, ahora es
simplemente parte de la rutina, como si el sufrimiento y la violencia fuera
totalmente normal.
¿En qué momento la violencia se convirtió en algo
tolerable? ¿Cuándo comenzamos a romantizar algo detestable?
Aunque sí, se hace sencillo
señalar culpables: las bandas criminales, el narcotráfico, la falta de acción
del gobierno; sin embargo, el problema se ha agravado mucho más, pues
la violencia no es un accidente, es el resultado de un sistema que ha fallado
en ofrecer soluciones efectivas, de una sociedad que se hace indiferente a la
realidad, donde hablar, para muchos, significa morir.
Muchas veces las
respuestas del gobierno, aunque con buenas intenciones, no son nada más que una
manera de cubrir el problema de manera momentánea. La violencia no puede dar
como respuesta más violencia. El problema continúa por la sencilla razón de que
no se tratan sus causas principales, como podrían ser: la pobreza, la falta de
educación y el desempleo. Sin una solución concreta estaremos dentro de un
ciclo repetitivo donde simplemente la tragedia es tema de conversación y
protesta por unos cuantos días, pero al pasar este lapso, se regresa a la
indiferencia, convirtiendo a la violencia como una parte más de nuestra vida
cotidiana y, a decir verdad, esta parte del ciclo es igual de peligrosa que el
mismo crimen.
¿Por qué seguimos
aceptando soluciones temporales ante un problema tan complejo?
La violencia no es
solo un problema de seguridad, es un reflejo de la falta de cohesión social.
Quizás ya sea hora de terminar con este ciclo. Cada masacre, cada asesinato no
debe ser solamente un número más en las estadísticas. Necesitamos respuestas
que tengan soluciones, que salgan de lo temporal. La indiferencia ya no es una
opción, solo alimenta el ciclo. Tratemos el problema desde la raíz, centrémonos
en la educación y el desempleo para tomar conciencia.
bastaa
ResponderEliminarExcelente análisis Emily! Tomar conciencia individual y colectiva podría ser un camino y por supuesto la educación
ResponderEliminarEs cierto hoy en día la seguridad ya no es un lujo que lo tenemos yaqué mas y mas las personas no hacen nada por alguien, o ven algo y solamente por el miedo no dicen nada eso lleva a mas violencia, acoso, secuestro entre otros mientras sigamos sin hacer nada esto no se detendrá a menos que hagamos algo para evitarlo. Muy buen análisis.
ResponderEliminarEsta espectacular tu aporte Emily porque nos da a conocer la verdad que vive Guayaquil por su violencia, lo que su gente vive cada segundo y la falta de seriedad de sus autoridades al tomar en serio la ola de delincuencia que se vive y al mismo tiempo no hacer nada para detenerla y todo esto es en parte a la pobreza, falta de educación y el desempleo.
ResponderEliminarEmi, tu blog me pareció impresionante porque hablas de un tema de suma importancia que no debemos dejar pasar. En tu blog transmites de una manera tan clara y sincera lo que está pasando con la violencia en Ecuador. Me hizo darme cuenta de que, sin querer, hemos llegado a ver estas tragedias como si fueran parte de la normalidad, cuando en realidad no lo son. Me encantó que no solo hables del problema, sino que también cuestionas las soluciones fáciles que nos proponen, y nos haces pensar en lo que realmente necesitamos: educación y empleo. Sé que si todos nos reunimos podemos hacer un cambio impresionante en el mundo y dejar de cuestionar nuestras acciones.
ResponderEliminarEste blog me pareció muy interesante y a la vez muy importante, es un tema donde nos habla sobre lo que pasa día a día en nuestro país, Ecuador, donde transmites un mensaje tan relevante y sincero. Gracias a esto me puedo dar cuenta de muchos problemas por los que estamos pasando, donde sin querer lo estamos normalizando, a tal punto de que no nos damos el tiempo en prestar atención de lo que esta sucediendo, la realidad es totalmente distinta. Me gustó mucho tu blog, porque aparte de que hablaste de los problemas, también hablaste de las soluciones: la educación y el empleo. Si todos pusiéramos un poco de nuestra parte, Ecuador y el mundo tendrá cambios impresionantes, y que dejemos de cuestionarnos en lo que hacemos.
ResponderEliminarEste blog nos muestra sobre la violencia del Ecuador y en especial en Guayaquil ya que es la zona con más violencia y que gracias a este blog Emily nos da su opinión de la que piensa y que debemos recapacitar para mejorar y que ecuador no sea un país violento sino seguro y que no afecte a esta cuidad que es una de las más importante de Ecuador
ResponderEliminarJostin morocho
EliminarCon lo que nos dice nuestra compañera, podemos ver la terrible y lamentable situación que se vive en el país, la masacre de 22 personas en Guayaquil es uno de tantos casos que deben existir, muchas de las personas son indiferentes con estos temas, y todo esto se ha vuelto tan rutinario, pero debemos empezar a tener conciencia de todo lo que pase en el país para que por fin lleguemos a un cambio.
ResponderEliminarLa violencia en Ecuador especialmente en Guayaquil es un reflejo perturbador de una crisis sistémica que trasciende lo meramente criminal la masacre de 22 personas descrita como un evento que ya no sorprende es un síntoma de una sociedad que ha normalizado el horror esta normalización no es casual es el resultado de décadas de negligencia institucional, desigualdad económica y una cultura de impunidad que ha permitido que el crimen organizado y el narcotráfico se arraiguen profundamente en la estructura social.
ResponderEliminarEmily, déjame felicitarte por tu fascinante comentario crítico.No solo utilizas un lenguaje preciso, sino también uno más comprensible para todos.Abordas un tema de suma importancia, uno del cual se debe hablar: la inseguridad en una de las ciudades más importantes del Ecuador, Guayaquil.
ResponderEliminarAntes conocida por su belleza natural, su reflejo de la cultura costeña y su deliciosa gastronomía, ahora es recordada simplemente por su delincuencia, crímenes y los asesinatos casi diarios.Ya nos es indiferente el dolor, la angustia y la deseperación. De tanto vivirlo, hemos dejado de luchar porque sabemos que, con nuestra situación actual llena de desempleo y pobreza provocados por la falta de educación y acceso a oportunidades, es practicamente imposible cambiar algo.
Tu llamado es claro: ¡ES HORA DE TERMINAR CON ESTE CICLO!
Me parece un aporte claro sobre la violencia ya que es un tema impactante y muy necesario de mantenernos informados, es cierto que el normalizar el crimen a llevado a que la sociedad se vuelva diferente ya que no se trata solo de bandas criminales o narcotráfico sino de un problema mucho mas relacionado con la falta de oportunidades.
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ResponderEliminarEmily, tu blog me pareció bastante sorprendente, ya que esta es una realidad, la inseguridad afecta demasiado, antes Guayaquil era bastante visitado por su belleza y gastronomía y ahora la gente simplemente tiene miedo al escuchar el nombre de dicha ciudad, este es un problema que no solo afecta a Guayaquil sino al Ecuador entero.
ResponderEliminarEmily tu blog es me parece muy importante ya que trata temas que son muy ciertos y aborda temas como la violencia y como nuestro pais en ves de ser un lugar seguro se convirte poco a poco en un lugar peligroso, es muy importante saber tu criterio y me parece muy cierto, felicidades me gusto lo que relatas en ese blog
ResponderEliminarEmily, el texto habla de algo muy triste como es la violencia en Ecuador, esto es cada vez más normal. Duele que las tragedias ya no sorprendan y que el gobierno no intente hacer cambios reales. Estoy de acuerdo en que la educación y el empleo pueden ayudar, pero también creo que necesitamos hacer algo mejor. No podemos seguir ignorando esto, hay que actuar.
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