jueves, 18 de abril de 2024

FACULTAD CALLEJERA

 

Por: María José Uguña

Estudiante, 1ro BGU

Compasión para el misericordioso. Toca aprender que nuestros actos tienen precio, que con duelo como tristeza la sociedad nos hará pagar o así se profesa. Suplicio de por vida, un designio que dañe el corazón. ¨Vive atormentándote y arrepintiéndote que ni Dios te tendrá pena¨, resuena en su mente. ¨Observa el espejo y date cuenta de que el error lo provocaste tú¨ ¡Ay, niña inútil que tú pensaste que Dios no era castigador! Los deseos son: cuando le toque pasar su medicamento, que le sirva de conmemoración del delito que sin vergüenza cometió. Ella lo sabe, ella lo acepta, ella llora, pero ella cree que se lo merece, pues eso se quedó tan impregnando en sus entrañas, permaneció tan humedecido el irrespeto que le causó al Supremo, pero eso ya no importa, ella sabe vivir en la facultad. Eso es la vida con VIH, el único arte de las calles.

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