Por: Jhonny Guamán
Estudiante, 1ro BGU
Era
un mundo donde había un hombre con unos 40 años. Vivía solo en una choza
rodeada de un bosque de árboles de saúco y a veces se aburría de su propia
soledad. La Luna, su fiel compañera, le daba fuerzas para continuar, también
que era testigo de sus risas solitarias. Todas las noches se acostaba en la
hierba, viendo el cielo. Pensaba si había alguien más en una de esas estrellas,
los árboles se mecían al ritmo de su respiración solitaria cuando sacaba su
guitarra. Los animales del bosque venían a oír sus historias. Un día de la nada
apareció una bestia con un tamaño impresionante, unos ojos brillantes como el
sol. Con una piel negra y escamosa. Pero al hombre, sin miedo a lo enfrente, sacó
su guitarra y encantó a la bestia, haciendo que se calmara y por fin tuvo un
amigo.
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