jueves, 30 de noviembre de 2023

UNA MÁS, UNA MENOS

 

Por: Angélica Lituma Zhunio

Estudiante, noveno EGB ¨A¨

 

Todo comenzó con una navaja bailando sobre mi piel. Mis ojos veían mi sangre salir como miel. Esconder las cicatrices se volvió matutino, que me ardieran las heridas era mi castigo. Me preguntaban por qué no me descubría los brazos. Pero si lo hacía, pensarían que yo era un fracaso. Pensé que al hacerlo acabaría mi dolor, pero con el pasar del tiempo se volvió una adicción. Creía que podía parar, pero mi cerebro y mi corazón no quisieron ayudar.


1 comentario:

  1. Querida Angelica que bueno que puedas expresar por este medio tu sentir recuerda que somos imagen y semejanza de Dios y el es nuestro mejor amigo, acércate y confía en el Él

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