jueves, 30 de noviembre de 2023

YA VIENE

 

El tiempo transcurre como el viento. Contemplemos hacia atrás, vemos tanto trabajo hecho con pasión convertido en fuerza, que nos impulsa a seguir adelante y casi sin anunciarse se acerca una estación muy especial. Suaves, dulces y familiares sonidos se escuchan en el ambiente y de repente ya estamos tarareando un villancico; sí, esas canciones que aprendimos desde niños, nos anuncian que ya llega la Navidad.

El villancico tiene su origen en las villas españolas, de ahí su nombre, es un género muy popular en nuestro medio, tanto que cantamos bellas melodías que, sin duda, son ya patrimonio artístico nacional. En nuestro terruño se les conoce como villancicos tradicionales ecuatorianos, cuencanos. Casi espontáneamente llegan a la pantalla de nuestra mente, composiciones como:  ¨Ya viene el niñito¨, ¨Vamos a buscar donde nace el Niño¨, ¨Claveles y rosas¨, ¨Zagales a prisa¨, ¨Desde el alto cielo¨ … y muchos otros más.

En esta época llamada ¨Adviento¨, que son las cuatro semanas de preparación a la venida de Jesucristo, se renueva la expectativa, la esperanza, la fe de la presencia del Dios con nosotros -Emmanuel-, el esperado de los tiempos.

Cómo no dejar de sentir alegría en lo más íntimo del corazón, si el hermoso Niño de Belén, el Hijo obediente de Nazareth nos trae paz, amor, perdón, libertad, salvación, como lo dice el pasaje evangélico: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.» (Lucas 4,18).

Ante la verdad revelada, es preciso que respondamos con regocijo: orando, cantando y alabando en todo momento, pero particularmente en las novenas, veladas, posadas que se organizan a nivel familiar, parroquial, institucional; que nadie se quede sin manifestar su alborozo y gratitud, celebrando un año más de la venida del que, siendo rey, nació en un pobre portal en Belén.

… talvez caminando lo hallemos dormido en la hera más alta de un montón de trigo, su Madre es María y ella ha consentido que esta noche todos le mesan al Niño …

¡Que la ternura del pequeño Niño, abrace nuestros corazones!

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario