Por:
María José Uguña
Estudiante 3ro BGU
Mátame
si te hice daño, no me importa lo que piensen; tendré que ser sincero, maté la
noche pasada a mano armada a un señor. Yo le dije que me entregue el celular y,
como se pasó resistiendo, decidí meterle presión con un arma; al final se me
escapó todo de las manos y lo maté. Estaba asustado, entonces solo le arranché
el teléfono y me largué. Le conté todo a mi madre; sin embargo, ella no me
respondió, solo estaba en silencio. Pero no es mi culpa; si no se lo quitaba,
no podría pagar el dinero que pedí prestado; lo necesitaba porque mi hermana
estaba enferma. Yo no tengo ningún talento; sé lo más básico, que es leer y
escribir. Yo sé que los otros no trabajan por gusto, pero yo no robo por
diversión; solo quería esta vez salvar a mi ñaña y contar mi versión. Igual no
importa tanto lo que te diga, no tengo perdón porque lo maté, pero no me pidas
que muera; lo asesiné yo, no mi hermana.

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