jueves, 2 de octubre de 2025

OTOÑO

 

Por: Dayanna Santos

Estudiante 1ro BGU

 

Lento se derrama tu recuerdo en mi mente,

el café que se enfría,

los espirales del humo del cigarro se van desvaneciendo.

Las espinas que dejaste clavadas en mí

apuñalan al pobre sentir que tenía para entregarte.

Qué ironía hablar ahora de odio,

si alguna vez de amor eterno estuvimos envueltos.

 

El verano se vuelve un agobiante suplicio,

felicidad desbordada entre tanta gente rota.

Enviar una postal a tu mente quisiera,

para que escuches lo que departo de ti,

para que entiendas el sufrimiento del desgarro que dejaste.

 

Sol brillante, ¿qué tan cruel podría ser?

Si alguna vez fue la ilusión de que llegara,

para por fin atreverme a salir de la orilla y nadar.

Y sin cuenta alguna,

aquel calendario viejo que fue marcándose solo,

hasta sellar por siempre el fin del verano.

 

Marchitas las rosas que un día fueron mías,

fracasado mi plan secreto de vernos morir juntos.

Esas hojas que empiezan a crujir bajo mis pasos tristes,

relojes que alertan silencio del cambio,

marcan el silencio final de la última oportunidad.

Obstinada, nunca quise dejar el refugio que me generaba tu nostalgia;

en un débil suspiro sabor hiel falleció el futuro y los sueños.

El opresivo verano fue desangrándose en ocres y silencios,

y el fresco aire del otoño se posó en tu hombro.

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