Por:
David Ramos
Estudiante,
1ro BGU
"Nunca he intentado ser más de lo
que soy y no creo poder ser menos", esa fue una de las frases que más me
marcó de mi hermano, pero no solo es esto lo que me preocupaba de él, sino
también su raro sentido del humor, que se basaba en el sadismo más puro y
desgarrador posible, propio de cualquier película de horror de los 70 si es que
me lo preguntan; además no tenía muchos amigos y los pocos que andaban con él
le pegaban y le quitaban el poco dinero que tenía, esto no era muy notable al
principio porque, por las constantes peleas que tenía con papá no se
diferenciaban los moretones que le hacían sus amigos y las que eran por las
peleas, así que finalmente me di cuenta cuando papá ya no estaba y sus
moretones en vez de mejorar parecían multiplicarse y empeorar cada día que
pasaba, aunque el siempre me decía que los golpes que tenía eran por el trabajo
que tenía por las tardes después del colegio, nunca le creí realmente... Pero a
pesar de todo esto él siempre fue muy bueno conmigo, me aconsejaba, me ayudaba
y me intentaba consentir lo máximo que su sueldo le permitía… Además, según sus palabras yo era "lo
poco que le agradecía a la vida y la delgada línea que evitaba su muerte".
Lamentablemente... No puedo soportar más ser esa línea, no puedo aguantar un
segundo más sabiendo que papá no está por su culpa, pero después de todo por
eso mismo yo soy el que tiene empuñado el mismo cuchillo con el que asesinó a
papá, apuntado directamente a la que según sus palabras es "la delgada
línea que evitaba su muerte"
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