Por: Lcda. Andrea Pérez
Docente 4to ¨B¨
Esta pregunta me la he realizado en varias
ocasiones. La inclusión no es solo un concepto que... ¨se basa en el principio
de igualdad, donde todos tienen la oportunidad de participar y contribuir en la
sociedad, sin ser discriminados ni relegados a un segundo plano”; por el
contrario, la inclusión va más allá de tener un alumno con NEES dentro del aula.
Es por eso que surge la siguiente interrogante ¿realmente somos inclusivos?
Si tener un alumno con NEES en el salón es ser
inclusivo, entonces lo soy, pero realmente no es solo eso, consiste no
solamente en ser un docente que adapte unas actividades más sencillas para
lograr que el estudiante trabaje en la hora de clase. Ser inclusivo es garantizar
que todos tengan acceso a las mismas oportunidades y servicios que los demás. Ser
inclusivo es generar un entorno seguro, positivo, afectuoso y respetuoso en el
que los estudiantes acepten y entiendan las necesidades de cada uno. Ser
inclusivo es enseñar desde la empatía y el corazón, no solo desde un currículo
que adapta las necesidades que en muchas ocasiones son erróneas.
El diccionario define inclusivo como “incluir a
todos.” Eso me gusta: no dejar a nadie fuera del juego; sin embargo, se puede
estar confundiendo la inclusión con la integración, ya que si hablamos de
integración nos referimos a incorporar, agrupar o agregar, pero esto no tiene
relación con ser inclusivo, pues son dos términos totalmente diferentes. La
inclusión se centra en adaptar el sistema a las necesidades de los estudiantes,
mientras que la integración enfatiza en adaptar a los estudiantes al sistema.
Entonces, por lo dicho, es necesario volver las
miradas hacia nuestra práctica pedagógica y meditar si… ¿Realmente somos
Inclusivos?
Sabemos el concepto de ser inclusivo, sin embargo, no mucha gente sabe serlo
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