Por:
Estefanía Clavijo
Estudiante,
3ro BGU
Siempre me han llamado la atención
las diferentes formas que existen para acabar con un ser. Desde golpearlo a
palazos en la cabeza para que se pierda, zamparle un cuchillo directamente al
corazón o zamparle una lanza en la cabeza; como sea, hoy contaré la mejor
experiencia que he tenido al asesinar a un ser.
Recuerdo que una idea era
golpearlo en la cabeza con un combo para soñarlo y posteriormente atravesarle un
cuchillo al corazón. La verdad no sonaba tan interesante pero así lo hice. Fui
por un combo, pero era demasiado grande y quería que sufriera, así que conseguí
uno más pequeño, mientras que en mi otra mano empuñaba aquella arma mortal con
la cual acabaría una vida. Me vi dándole un combazo como había predicho, lo
noqueé, aunque la reacción de clavarle el cuchillo fue lenta, pues el ser
retomó la consciencia. Me vi dándole el segundo combazo, esta vez clave el cuchillo;
sin embargo, dicho ser luchaba por su vida y se paró nuevamente. Así que me
cansé de esperar y le propiné cinco combazos más, lastimosamente fueron en todo
el cuerpo excepto en la cabeza; así que me propuse intentarlo una vez más.
Finalmente, lo golpeé perfectamente, le clavé más al fondo el cuchillo e
inmediatamente le cercené el cuello…
Ahora me permito brindar y
disfrutar esta exquisita cena…
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