LA SEQUÍA

 

Por: Alejandro Daniel Muñoz Cabrera

Estudiante, 5to ¨B¨

 

Había una vez una sequía terrible en la que no se movía ni una hoja, nuestros amigos los árboles estaban parados en un constante caluroso y arduo silencio, los animalitos grandes y pequeños morían de hambre y sed, los pajaritos raspaban el suelo con su pico tratando de encontrar una gota de agua para calmar esa enorme sequedad, pero el campo cada día estaba más y más seco. Hasta que un día todos los animalitos se reunieron y decidieron que alguien fuera al cielo para hablar con Papito Dios y pedirle que los ayudara con un poquito de lluvia, aunque sea solo para calmar un poquito la sed de esos aterrorizantes días, todos hicieron votación y eligieron a la señora Rita la Tortuga para que fuera donde Papito Dios. Entonces Rita decidida emprendió su camino hacia el cielo, los animalitos esperaron ansiosos pero pasaba una semana y nada que llovía, pasó un mes y nada que llovía, y poco a poco se convirtieron en tres meses y la sequía empeoraba y la gente pensaba que incendiando su campo iba a llover, nuestros amigos los animalitos corrieron asustados tratando de escapar de las voraces llamas que acababan con su hogar, al llegar a otro campo aún más seco ya sin esperanza de encontrar aunque sea una gotita de agua hicieron otra reunión para criticar a Rita la Tortuga. Entonces el venado empezó diciendo: ¡Qué barbaridad! ¡Es una inconsciente! Nos estamos muriendo por esta sequedad y porque la gente quema nuestro campo y Rita no ha llegado con Taita Diosito, hasta que en horas de la tarde empezaron a caer unas pequeñas gotas y finalmente cayó una pequeña llovizna, todos los animalitos lloraron de emoción y le agradecieron a papito Dios por escuchar a Rita la tortuga y enviarles aunque sea una pequeña lluvia pero llena de esperanza, ahora planean enviar a su amigo el conejo Saltarín para que llegue donde Papito Dios y le pida que esta sequía llegue a su fin.