Por: Danna Belén Bermeo Torres
Estudiante, 10mo EGB
Carmen, una mujer que cura los espantos y
vende hierbas medicinales, madre soltera de tres guaguas, sale diariamente a conseguir el pan para la mesa de su
hogar, brindando alivio a los que la buscan por remedios naturales. Una tarde
soleada en las adoquinadas calles de Cuenca, unos dizque agentes llegaron para acabar con personas esperanzadas en un
futuro mejor, arrasaron con cada puestito ¨ilegal¨
que yacía en las aceras. Carmen pertenecía a este grupo de desgraciados, como
le arrancharon su única fuente de ingreso, terminó en situación calle junto a
su familia. Teresa, su vecina, no tardó en reunir al barrio. La vecindad
auspició un bingo solidario para ayudar a ¨Carmita
la curandera¨. Así se demostró que en Cuenca pequeños actos -éticos y morales- son cimientos de identidad,
expresados en cada acción y corazón cuencano. Lástima que ¨los amigos de lo ajeno¨ despojaron a
Carmen de todo lo recaudado.
Daña, muy buena redacción , me haces vivir y sentir la historia
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