jueves, 21 de marzo de 2024

MESÍAS

 

Por: Diana Katherine Hurtado Cevallos

Estudiante, 2do BGU

 

En una pequeña cabaña en medio de la noche

un cordero blanco nació,

vestido de piel,

ojos canela,

con una melodía suave y serena

aquel cordero elegido por Dios bajo del cielo.

 

La ira de Dios cayendo sobre los infieles,

en sueños cercanos, caminando entre hojas

al cordero mató,

desastres en forma de milagros mandó,

dentro del pueblo la gente rezaba en un árbol de manzanas:

¨Es la música del silencio¨.

de Dios,

del diablo.

 

Vibrando la fe entre la soledad.

Yo te espero, dice la fe.

La luz del cielo lo sabía,

la que nunca se encontraba en el día, pero sí en la salida.

El dolor hablaba por él.

Para que nazca el Mesías un ángel violaron

y como sagrado lo hicieron pasar,

a su hijo robaron,

a un establo lo llevaron,

le rezaron y alabaron,

el niño llorando pidió dejar de ser parte del rebaño,

el infierno arde, le dijeron,

arde porque así lo queremos;

pero es que a Dios se lo comprendo con el tiempo,

no se le pregunta,

no se le cuestiona.

El ángel en vez de florecer marchitaba,

en vez de dar,

la sequía dejaba.

La música es del diablo, pero con una hermosa melodía,

si el diablo existe, no viviría en algo tan pequeño, pero en aquella cabaña el silencio abundaba.

 

La tierra es santa,

pero no calmada,

el Mesías es un ángel que al final había sido abonado por mano del santo,

 aquel Mesías, supuesto hijo de Dios,

la sangre le hervía,

pero el diablo no deja huellas, así que con el fuego quemó lo que sentía hasta desaparecer lo que creía.

 

Todos son el bien y el mal y seguimos nuestro camino, todos somos el diablo que se hace pasar por un Mesías…

 

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