Por: Lcda.
Mónica Fabiola Heredia Loja
Docente segundo ¨A¨
Aún recuerdo ese
lunes 7 de marzo que llegó la propuesta, si deseaba ser docente de segundo de
básica, tan solo al escuchar esa frase mi cuerpo se estremeció porque sabía el
reto que implica un año lectivo crucial en la vida escolar de un estudiante,
pero sin pensarlo acepté y con orgullo digo: ¨ ¡Aquí sigo! ¨. Y confieso que
aún sigo sintiendo esa chispa de miedo, porque hay días en que me siento una
súper profe imparable y hay otros en que siento que mi labor es insuficiente,
pero ¿saben que me anima día a día?... Escuchar esos susurros con intentos para
leer y esos trazos chuecos de las primeras palabras que con el pasar de las
semanas se han convertido en lecturas y escrituras de oraciones y textos
cortos. Una docente feliz y orgullosa
presume de los logros de sus estudiantes y yo hoy puedo presumir muchas cosas,
pero prefiero que mis pequeños sean quienes demuestren sus logros. Para
terminar este texto les diré que soy la profesora de segundo más feliz y
orgullosa del mundo.
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