jueves, 9 de octubre de 2025

CUANDO EL MUNDO SIGUE Y TÚ NO

 

Por: Nahín Sánchez

Estudiante 1ro BGU

 

Hubo momentos en los que me sentía completamente mal, pero no era solo tristeza… era como si me estuviera muriendo por dentro. Como si algo me estuviera consumiendo lentamente desde el pecho hacia afuera. Todo me dolía, me costaba hasta respirar. Levantarme era una tortura, y hablar... hablar era como intentar gritar bajo el agua. Todo seguía su curso: la gente reía, los autos pasaban, los días cambiaban, pero yo seguía ahí, atrapado en mi cabeza, en un cuarto sin ventanas, sin puertas, con paredes que se cerraban cada vez más.

Y con el tiempo, entendí algo y es que nadie va a esperar por mí, el mundo no se va a parar porque yo me sienta así.  Nadie va a poner pausa a su vida porque tú estés hecho pedazos. El reloj no se detiene, aunque estés al borde. La vida no frena ni siquiera cuando estás a punto de perderte. Y si no haces algo por ti, el tiempo no solo te arrastra: te sepulta.

Así que borrón y cuenta nueva... o al menos, eso intento. Porque el sol siempre vuelve a salir después de la tormenta, pero a veces lo hace sobre un campo de ruinas. Y en ese caso, uno tiene que aprender a levantarse. No porque los demás no te quieran, sino porque nadie, por más que lo intente, puede cargar con tus demonios. Solo tú sabes lo que pesa tu sombra.

Aprendí que cada lágrima, cada silencio que quema y cada noche donde piensas que no vas a despertar pueden volverse parte del impulso. No el que te salva, sino el que te endurece. El que te obliga a seguir, aunque sea con los ojos vacíos. Porque a veces seguir no es vivir, es simplemente no morir.

 

1 comentario:

  1. Así es Nahín! Cayendo y levantando! Somos arquitectos de nuestra propia vida. Otros los llaman resilencia

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