Por: Dayanna Santos
Estudiante, 10mo ¨B¨
Gélida, áspera y gris se encuentra la ciudad.
Fuertes ventiscas que arropan mi mente.
Días, años, lustros esperando un rayo de color.
El silencio se va agrandando, como una tumba fría.
No hay más leyes, no resuenan los ruidos, no existe más
color.
Únicamente se va asomando el opaco gris que vacía mi
vida.
Ya no habrá más música que me pueda alegrar.
Ya no habrá más flores que pueda regar.
La ventisca veraniega va disolviendo tu fragancia.
Veo tu silueta en el tinto del café mañanero.
Me parece tu rostro en el humo del dulce incienso.
Los gatos se asoman, esperan nuevamente tu llegada.
El tulipán que alguna vez planté, marchito, seco y sin
ser.
Copas desnudas en los árboles, flores áridas, tallos muertos.
Mi último pétalo de ti se desbarata en mi palma.
Por última vez, logro escuchar un fragmento de tu
alma.
Hermoso poema, 10/10
ResponderEliminarDayanna un lindo poema las metáforas que utilizas dejan ver al lector sentimientos de amor y tristeza
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