Por:
Sebastián Brito
Estudiante,
3ro ¨B¨
Un
día vi pasar un avión en el cielo y les dije a mis papas ¿qué se sentirá estar
ahí? Y me respondieron que no lo sabían porque nunca se habían ido de viaje,
entonces les pedí como regalo de cumpleaños # 7 si nos podíamos ir de viaje a
conocer una playa, ya que yo no sabía cómo era el mar.
Mis
papás les comentaron a mis abuelos, a mis tíos y a mis primos y decidieron ir
todos en familia a República Dominicana. Esperamos un año para salir de viaje y
el anhelado día llegó. Viajamos desde nuestra casa al aeropuerto de Guayaquil y
ahí tomamos el avión a República Dominicana. La sensación de viajar en avión me
dio miedo al inicio, pero fue muy bonito. Cuando llegamos nos trasladaron en un
bus a un hotel en Punta Cana y todo era hermoso ahí, hacía mucho calor, pero el
viento del mar era muy refrescante. Conocí el mar por primera vez y era muy
hermoso, su agua muy cristalina y la gente de ahí muy amable. Su comida es muy
deliciosa y había siempre helados pizza y papas.
Pasamos
con mis papás mucho tiempo en el mar y era muy divertido ya que mi papá me cargaba
en sus hombros y mi mamá me daba la mano para que no tuviera miedo. Ya que
estábamos en ese país decidimos también conocer la Isla Saona es un lugar
turístico de ahí, donde pude conocer las estrellas de mar y las pude ver de muy
cerca, había un espacio en el mar que se llamaba piscina natural, porque no
había olas y había como bajarse en medio del mar sin ningún peligro.
Agradezco
a Dios y a la Virgen por haberme permitido vivir esta experiencia junto a mis
papás y a mi hermana, fue todo muy bonito, desearía que lo que yo viví lo
puedan vivir muchos niños más con sus familias. Tener recuerdos con mi familia
alegra mi vida y es algo que lo recordaré siempre.
Un sueño cumplido Sebastián! Una aventura maravillosa e inolvidable. Siempre hay que poner la confianza en Jesús y María
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