Por: Pablo Vidal
Estudiante, 1ro BGU
En las sombras de un adiós
sin retorno,
donde el silencio es un grito
mudo,
me encuentro perdido, herido,
sin tus pasos que eran mi
rumbo.
Despedí cada rincón de tus
palabras,
cada susurro que un día fue
abrigo;
ahora son ecos que queman el
alma,
son brasas de un fuego
extinto.
Quise entregarte el mundo
entero,
abrir de par en par mis
miedos,
pero te marchaste sin aviso,
dejando en ruinas este cielo.
Ya no hay estrellas en mi
noche fría,
solo el vacío de lo que
fuiste,
y el peso amargo de los recuerdos
que insisten en quedarse, en
dolerme.
¿En qué rincón se pierde el
amor
cuando no encuentra el
regreso?
¿O acaso se duerme en los
brazos del olvido
mientras en mí se deshace en
versos?
Hoy te nombro sin
pronunciarte,
en el silencio de un “para
siempre” roto,
aunque ya no te nombro.
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