FUE UNA SIMPLE VIDA

 

Por: David Sebastián Tapia

Estudiante, 1ro BGU

 

Eran estos, dos de esos que considerados ante la sociedad “mamarrachos” pasaban por las calles ahuyentando a la gente que en el ocaso del sol. Pasaba por una simple coincidencia por ahí, el más alto de la dupla lo apodaron “El Tuerto”, no por que el lo estuviera, sino por la situación de su querido hermano el cual en un accidente había perdido la vista y se encontraba en mal estado en una camilla de hospital sin saber si perdería la visión. El otro era un estudiante apodado “Quedado”, el cual intentando pasarse de listo buscaba una vida fácil en las calles junto a su amigo. En tal caso ambos necesitaban dinero, saliendo como todas las veces que lo habían hecho, se dirigieron a su primera presa, un joven que al parecer iba con la cara tapada, el “Quedado” viendo una oportunidad tan clara fue a aquel sujeto, “Tuerto” lo siguió, la pobre víctima que, al parecer había tenido una buena noticia esta tarde, se negaba a dar las cosas, lo tuvieron que hacer por la salida fácil, el “Quedado” simplemente dijo: “Es una simple vida”. Esa misma noche se encontraba el cuerpo sin vida de un muchacho el cual simplemente tuvo con mala suerte en esta injusta sociedad. Aquella noche al “Tuerto” le habían informado que su hermano, había fallecido a causa de dos disparos en el ojo, que esa misma tarde había recuperado.