jueves, 4 de abril de 2024

REZAR UN PADRE NUESTRO POR EL INDIO MUERTO DA MAL AIRE

 

MSSB

 

Nadie notó que Julio Perepe había desaparecido hasta que su famélico cuerpo entró en estado de putrefacción y, aunque mal-enterrado muy lejos de la plaza central, escandalizó con su miserable olor a la clase más acaudalada, pues: ¨Apercibía incluso peor que cuando vivía¨, decían. Perfume de muertos que se adhirió y percudió en cada grieta, en cada pared, en cada rincón, en cada terno de casimir, en cada inconsciencia, en todas y cada una de las miradas de los moradores de la antiquísima urbe, quienes aprendieron a sobrellevar la hediondez, tanto que convivieron, aprendieron e incluso desarrollaron un extraño gusto por la pestilencia de su querida ciudad, por la fetidez de su disimulo.      

En determinada, como Julio Perepe no fue encontrado, ni sepultado ¿quién habría de rezarle al pobre diablo? Si toda la comarca bien sabía que: ¨Rezar un padre nuestro por el indio muerto da mal aire¨.

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