Por: Sebastián Sarmiento
Estudiante, 1ro BGU
Tus ojos son como las dos estrellas
que me gustan tanto mirar,
por las noches ellas que me
recuerdan a ti, hermosa perfecta y única.
Sentado ahí bajo ese poste de luz,
pensándote incansablemente, amada mía, ¿cuándo serás mía?
Tú que mueves montañas con una sola
sonrisa,
con esa mirada que me está metiendo
en un lugar completo de locura.
Tú, amada mía, que al hablarme
despiertas un sin fin de sentimientos profundos,
con esa voz que calma el enojo, tú y
simplemente tú con esos ojos
que muchos quisieran tener que mirar todas las
mañanas al despertar.
Bondadosa tú que brillas en mis pensamientos
todas las noches antes de acostarme a pensarte sin cesar.
Cada latido de mi corazón expresa el
hermoso sentimiento llamado amor,
que, al sentirse tan atraído a esos
ojos, esos ojos color miel tan claros y llenos de vida
Te amo, pero no te amo con mi corazón, te amo
con mi alma,
porque el corazón se detiene y deja
de latir; sin embargo, el alma es eterna,
como esa montaña de sentimientos que
siento por ti.
Anhelo poder algún día tenerte y despertar con
ese ¨Buenos días¨ que mucho quiero escuchar.
Si pudiera te bajaría las estrellas,
pero no puedo, porque en tus ojos encuentro cada una de ellas.
En tu mirada encuentro el universo
entero y en tus brazos el hogar donde quiero perderme por toda la eternidad...
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