Por: Mishell Castillo
Estudiante, 9no ¨B¨
Lo asesiné,
yo asesiné, asesiné a un
hombre,
no por venganza,
ni por odio,
tampoco era mi intensión…
Lo atraje hacia mí.
Encontré su corazón y sin
desamparo lo devoré,
entonces su sangre tan
roja pintaba mis gruesos labios.
Su piel era tan
esplendida que era inevitable que no me la quedará.
Aquellas manos grandes y
suaves me las quede para tener viajes interminables.
No entenderá, no lo
entenderé,
pero solo quería descubrir,
quería amar, buscándole
otra forma de amar,
no existe un por qué para
todo,
terminé con su existir,
porque no lo podía tener.
Lo lastimé sin razón,
con el más grande acto de amor
demostré que lo mío es
mío y siempre será mío,
hasta después de la
muerte,
aunque llegue al
desagrado, ya está muerto.
Profundo…
ResponderEliminarInteresante.
ResponderEliminarIncreíble elaboración del poema.
ResponderEliminarGran poema
ResponderEliminarMiley Cabrera, gran poema; me gusta mucho lo de terror.
ResponderEliminarMishel un poema lleno de imaginación
ResponderEliminares profundo, me gusto
ResponderEliminarEste poema me hace pensar en un amor obsesivo y egoista, muy bueno.
ResponderEliminarMe parece un poema fascinante , La crudeza de la narrativa y la falta de puntuación crean una atmósfera de urgencia que me atrapa desde el principio
ResponderEliminarEl poema tiene emociones incogcientes del autor, de lo más profundo de su ser es un INTERESANTE POEMA.
ResponderEliminarMe parece interesante ya que es un poema oscuro y visceral que explora la complejidad del amor y la posesión de una manera impactante. A través de metáforas poderosas, nos sumerge en la mente de un personaje que comete un acto atroz en nombre del amor y la posesión y hace que se despierte emociones y reflexiones sobre los límites del amor y la moralidad, dejando una impresión duradera.
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