jueves, 29 de febrero de 2024

SER MAMÁ Y ESTUDIANTE

 

Por: Lic. Johanna Quinde

Docente: Robótica, Matemática, Lengua y Literatura y Tutora 8vo ¨B¨

 

Me convertí en mamá y estaba estudiando, de pronto mi vida giro 360 grados, fácil no fue, pero imposible tampoco. Tenía que recordar mi responsabilidad como estudiante y mi nueva responsabilidad como mamá: dos mundos opuestos. Medio día en el colegio compartiendo con mis compañeros, siendo una adolescente más y en la tarde me convertía en un adulto responsable que cuidaba de un ser tan pequeño e indefenso. Cuando me gradué del colegio, me libré de ese sufrimiento y pude tener a mi hija conmigo, todavía muy inexperta en la maternidad, pero presente y feliz de la nada, todo ello me hizo sentirme alguien importante.

No duró mucho tiempo nuestra alegría, pasamos juntas dos meses sin separarnos ni un solo segundo, pero la Universidad esperaba y mi hija tenía que volver a tenerme medio tiempo. Fue una separación fuerte, pues verme ir con mi mochila a clases le causaba un llanto de frustración y en su mirada se notaba la tristeza de su corazón y, en mí, una voz me decía: ¨tienes que seguir estudiando y preparándote, pues algún día esa niña crecerá más y te necesitará siendo una mamá independiente¨, fue así que, con lágrimas en los ojos, volví a estudiar sin olvidar que mi hija es la prioridad de mi vida y ser estudiante mi responsabilidad.

Los años vuelan, y nosotros con ellos, ese ser tan pequeño e indefenso se convirtió en una niña fuete e independiente y su mamá en una profesional orgullosa de sí misma. Es por eso que cada meta cumplida va dedicada a esa niña. Siempre recordaré aquellas palabras de mi mamá: ¨Un hijo no es prestado, es para toda la vida y siempre escucharás esa palabra hermosa: MAMÁ, al despertarte y acostarte, así hasta el último de tus días¨.

 

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