Por: Mariela Pintado Ochoa y Bárbara Salomé
Chamorro Muñoz
Estudiantes, segundo BGU
Aquella noche se podía presenciar la terrible soledad y melancolía de los
hermanos Ramírez al recordar a su pequeño hermano, mientras recorrían las
grandes calles de un pueblo solitario. Era la primera noche que sentían que les
faltaba algo o alguien, que les faltaba su compañero de aventuras y eso era lo
que más les lastimaba; les lastimaba el hecho de que no pudieron estar atentos
de su hermano cuando más lo necesitaba. No aceptaban que estaba desaparecido,
no se les venía por la cabeza la terrible situación por la que estuviera pasando.
Buscaban y buscaban, pero no encontraban nada, ni un rastro, ni una huella,
nada.
- -¡Camina más
rápido, Zigor! Todavía tenemos que seguir buscando a
nuestro hermano.
- -¡Ya ríndete de una vez, Drac! Ya no sé qué más decirte para que te rindas.
Después de dicho comentario, Drac no podía creer las repugnantes palabras que salieron de la boca de su hermano. ¿Acaso lo estaba diciendo en serio? ¿Acaso no le importaba su pequeño hermano?
- -Drac, él no nos aportaba en
nada, era mejor que desapareciera. Nuestros papás estarán felices por la noticia…
y lo están, porque ellos fueron cómplices de esto, era su objetivo. Lo siento,
no debías escuchar estas palabras, pero ya es tarde.
Todo se derrumbó dentro de Drac, el dolor de pecho se sentía cada vez más,
no podía creer todo lo que hicieron, no podía creer como una familia hiciera
eso. ¿Qué los llevó para realizar eso? ¿Qué estaban pensando al querer arruinar
la vida de su pequeño hermano? Esas preguntas eran como disparos directos en su
mente y corazón.
Un padre no da a su hijo de una piedra en vez de pan. Dice el Evangelio. Este relato me hace sobresaltar por imaginación de las autoras uno siempre como lector espera finales felices. En este cuento da mucho que pensar. Creo que ese es el objetivo!
ResponderEliminarEs interesante como las personas que te deben proteger te lastiman, la famila es objeto de apoyo y nunca se deberia considerar el lastimar a alguien tan cercano a mi. Debemos apreciar a nuestros seres queridos aunque no los consideremos perfectos.
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