Por:
Angélica Lituma
Estudiante,
10mo EGB ¨A¨
Sencilla y adorable amada mía,
tu delicada voz se convirtió
en mi melodía; te quiero desde el
primer día
y yo por ti daría mi vida.
Todo comenzó con esa hermosa
mirada,
el brillo de esos ojitos
dejó mi alma congelada.
Cada vez que miro a la luna
iluminando el cielo,
recuerdo esos ojitos bellos
que tanto anhelo.
Nunca pensé llegar a encariñarme
contigo,
y que esos abrazos
se convirtieran en mi abrigo.
Estar contigo me causa
tranquilidad
y quisiera estar junto a ti
el resto de la eternidad.
Angelica, dulces versos. Lindo poema. Felicidades
ResponderEliminar