MSSB
El
presente texto tiene por objeto ahondar en los tipos de narrador que aparecen
en un escrito, así como de explicar su funcionamiento dentro del relato. Para
ello, hemos de decir que cuando nos enfrentamos a un texto narrativo, lo
primero que notamos es quien nos cuenta la historia. A esa voz que nos va
contando los acontecimientos la llamamos narrador. Tenemos varios tipos de
narradores: heterodiegético, homodiegético, omnisciente, testigo, protagonista,
objetivo, subjetivo. No debemos confundir, sin embargo, el tipo de narrador con
las personas narrativas: primera, segunda y tercera. En las consiguientes
líneas profundizamos estas ideas.
En
primer lugar, clasificamos a los tipos de narrador en su forma más general.
Claro, nos referimos al narrador heterodiegético y al narrador homodiegético.
El primero de ellos es un narrador que no pertenece a la historia, que está
fuera de las acciones abarcadas en el relato. Un ejemplo podemos hallar en el
libro ¨Don Quijote de La Mancha¨ de Miguel de Cervantes. Por su parte, el
narrador homodiegético está dentro de la historia, se involucra de una u otra
manera en las acciones, bien puede ser un personaje; por ejemplo en el libro
¨¿Por quién doblan las campanas?¨, escrito por Hemingway, notamos a ese
narrador ¨El inglés¨ que está dentro de la historia en sí.
A continuación
nos referimos a la siguiente clasificación de narradores: omnisciente, testigo
y protagonista. En primera instancia hemos de anotar que existe una fuerte
tendencia a relacionar a cada uno de estos tres narradores con las diferentes
personas narrativas ya citadas en el primer párrafo. Dicho esto, el narrador
omnisciente, adjudicado a la tercera persona, es aquel que todo lo sabe, que
todo lo conoce, que todo lo ve, que está en todas partes. Es una de las formas
más comunes de narración por la falicidad y ligereza al momento de leer. Por
otro lado, tenemos al narrador testigo, relacionado con la segunda persona, que
es algo así como una arista desde la cual apreciamos toda la historia de la
narración. Su escritura y estilo narrativo es complejo y poco común.
Finalmente, tenemos al narrador protagonista, que ¨habla¨ desde la primera
persona. Esta forma de narración es la más popular y la más utilizada. Como seguro
se puede adivinar, es la voz narrativa que cuenta el relato desde su
perspectiva, siendo esta la parte central del mismo.
Siguiendo
este orden de ideas, aterrizamos en el narrador objetivo y el narrador
subjetivo. El narrador objetivo es aquel que se limita a contar las acciones
tal cual son, no se involucran, ni se expresan, ni sienten. En contraparte, el
narrador subjetivo se deja llevar por la historia, presenta sus opiniones,
manifiesta sus emociones, incluso puede ponerse de lado de un personaje e
influir en la estética de recepción del lector.
Ahora
bien, sería descabellado decir que los tipos de narrador son estructuras
rígidas, pues la propia naturaleza de la literatura es bastante flexible y
experimental. Con lo anterior esclarecido, plasmamos el funcionamiento, de
manera general, de cada narrador. Es así que, el narrador heterodiegético en la
mayoría de veces es también omnisciente y objetivo. En cambio, el narrador
homodiegético suele ser el protagonista o el testigo y cuenta las acciones de
manera subjetiva. Lo dicho con antelo únicamente es una aproximación a las
generalidades halladas en la mayoría de libros. Este dato no quiere decir que no
existan narradores heterodiegéticos subjetivos o narradores homodiegéticos
objetivos. En todo caso, no hay mejor manera de descubrir al narrador que
adentrándose en la lectura del texto.
Para
ir cerrando, consideramos que al momento de analizar un texto narrativo primero
debemos precisar nuestro rol como lectores y como críticos. Para ello, creemos
oportuno acudir a la teoría del túnel, planteada por Cortázar, pues es
necesario establecer un diálogo real con el autor del libro y, evidentemente,
también con su narrador. A todas luces, citar la teoría de Cortázar nos lleva
a, como lectores y analistas críticos de un texto, pensar y repensar en las
escuelas de crítica literaria y optar por un método holístico que involucre el
análisis desde todos los ejes. Pues es bien sabido que un texto es un todo,
todavía más si lo analizamos desde el enfoque del tipo de narrador, dado que es
quien -palabras más, palabras menos- hace la historia.
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