Por: Lcdo. Andrés Vásquez
Docente, productor musical y músico
Un saludo a todos los lectores. Hoy he decidido compartir algunos
pensamientos y reflexiones sobre el tema de la información y la comunicación en
redes y cómo la aplicación de ciertas tecnologías puede estar incidiendo en
nuestros pensamientos de forma, generalmente, inconsciente.
Para nadie es ajena la noción del contexto político
electoral que se vivió hace unos días. Más allá de las diversas estrategias de
campañas utilizadas por cada partido, se presentó con más fuerza y recurrencia
lo que personalmente considero "El talón de Aquiles de nuestra sociedad tecnológica
actual".
¿De qué se trata este concepto que planteo?
Pues partimos de reconocer que gran parte de la población ha
desarrollado una estrecha relación con el ámbito tecnológico en el diario
vivir, mediante dispositivos digitales modernos, como el simple acceso a un
celular con internet y redes sociales. Ligado fuertemente a esto, el mayor
conflicto ganador del título antes mencionado radica en la complejidad del uso
correcto, consciente y responsable de una de las herramientas tecnológicas más
antiguas de nuestra especie: la comunicación.
La problemática concreta a la cual me refiero es al uso o, en
cuyo caso, el mal uso de la tecnología moderna en los ejercicios de la
comunicación. Dentro del contexto político electoral ya citado, no dudo que para
muchos nos fue inquietante y de mucha desconfianza ver en circulación una gran
cantidad de videos modificados con inteligencia artificial, caracterizando los
rostros y voces de diferentes personajes populares -incluso de nivel
internacional-, haciendo parecer que dan sus supuestas apreciaciones sobre uno
u otro candidato. Sin el afán de abordar una posición partidista, mi
preocupación se extiende hacia la proliferación de dichos materiales, los
cuales, a ojos y oídos de los más incautos, pueden terminar presentando una
especie de falsa realidad que busca ser -y que de hecho es- convincente para
las masas. Tratando de tomar acción al respecto y en un trabajo de hormiga
probablemente irrelevante, traté de advertir a amigos y conocidos, quienes
hacían eco de dichas atrocidades de la comunicación, y denunciar dichos
materiales en las plataformas, si es que eso acaso sirve de algo. Sin embargo, la
mayor reflexión, a mí parecer, radica en la importancia de la duda y el
cuestionamiento ante lo que vemos y oímos, sobre todo en redes sociales.
Quiero culminar este espacio, invitando a los lectores, con
énfasis en los más jóvenes, a ser cautelosos de la información que consumimos a
diario, sobre todo en las plataformas digitales. Con más ánimo aún, los incito
a desarrollar siempre un ejercicio de curiosidad positiva y cuestionamiento de
las cosas que conocemos y aprendemos cada día. No se queden nunca con lo
primero que escuchen o vean, comprueben, indaguen, verifiquen, busquen fuentes
confiables y oficiales de la información y, lo más importante, desarrollen un
criterio y opinión propia fundamentada con base en la información que
encuentren. No se dejen guiar por sesgos o frases populares que todos repiten,
pues en cada uno de ustedes y nosotros está combatir este “talón de Aquiles” de
la desinformación, del engaño y la manipulación mediática en la que todos
estamos inmersos ya sea consciente o inconscientemente.
Para mis colegas y compañeros docentes, resulta
imprescindible hacer un llamado a la objetividad y transparencia de la
información. Recordemos que somos el canal principal de la educación de
nuestros estudiantes y tanto la transparencia como el criterio educado son los
valores que marcarán el camino hacia el verdadero éxito docente. Si bien como
seres humanos podemos también tener muchos desconocimientos y sesgos, seamos
conscientes de ello y descifremos las respuestas antes de contestar al
cuestionamiento de nuestros aprendices. Confío en que más de uno comprenderá
estás palabras y entenderá lo que se debe hacer.
Un abrazo a todos,
Profe Andy.
Una buena reflexión sobre el mal uso de la tecnología digital, que no es de ahora ni de esta tecnología pues siempre en Hombre tiene a su haber el libre arbitrio para discernir según su conciencia los bueno de lo malo. Perfectamente de acuerdo, en que, como educadores está en nosotros guiarles a los niños y jóvenes y para ello , es fundamental empezar informándose.
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